viernes, 28 de septiembre de 2007

Como Comunicarse con un Angel



Busque un lugar tranquilo, siga las pautas indicadas en mi información sobre la meditación. Si no las ha recibido o si las extravió me las puede volver a pedir.

· Prepárese mentalmente para el encuentro, solicite la participación del ángel en la forma de alguna persona que venga a ayudarle en un problema. Recuerde que muchas de las personas que aparecen en nuestra vida en un momento determinado son enviadas por los ángeles para ayudarnos en ese problema específico.

· Pide a los ángeles que le ayuden a comunicarse con ellos en sueños. Anote sus sueños, escríbalos y compárelos.

· Esperar sus manifestaciones.
Oración a los Santos Ángeles


Oh, Santos Ángeles de Dios, que ven a Dios y hacen su Voluntad, interceded por nosotros ante la Santísima Trinidad y ante María, Reina de los Ángeles.

Gracias por la protección y los cuidados que nos brindan en la vida. Protegednos también en la hora de la muerte.

Coros Celestiales, ayudadnos a dar Gloria a Dios en nuestras vidas. Que podamos conocerle, amarle y servirle fielmente. Que podamos practicar nuestra Fe y tengamos la valentía para sostenerla.

Alejad de nosotros todo peligro físico y espiritual. Proteged nuestras familias, nuestros hogares, y a nosotros mismos.

Les rogamos su ayuda para hacer la Voluntad de Dios, aceptar su Voluntad como lo mejor para nosotros y confiar en su paternal cuidado.

Que los nueve Coros de Ángeles alaben y glorifiquen a Dios.
Que los Serafines glorifiquen el Amor de Dios.
Que los Querubines glorifiquen la Perfección de Dios.
Que los Tronos glorifiquen la Misericordia de Dios.
Que las Dominaciones glorifiquen la Sabiduría de Dios.
Que los Poderes glorifiquen la Justicia de Dios.
Que las Virtudes glorifiquen la Santidad de Dios.
Que los Principados glorifiquen el Poder de Dios.
Que los Arcángeles glorifiquen la Obra de Dios.
Que los Ángeles glorifiquen el Cuidado Paternal de Dios.
Demos gloria y alabanza a Dios en la Santísima Trinidad.
Alabado sea Dios en sus Ángeles y sus Santos.
Amén.

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Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia d'Astonaco. El Arcángel le dijo a la religiosa que él deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de Ángeles. Consiste la Corona de un Padre Nuestro y tres veces Ave María en honor de cada coro angelical.

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A los que practican esta devoción en su honor, el Arcángel promete grandes bendiciones. Promete enviar un ángel de cada Coro Angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitaren estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun más, serán acompañados de todos los Ángeles; y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán liberados del Purgatorio.

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Oh, Dios, ven en mi ayuda. Apresúrate Señor a socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.

1.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas; y así recibir dignamente en nuestros corazones el fuego de la Caridad Perfecta. Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

2.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Querubines, que Dios nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del pecado: y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

3.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Tronos, que Dios nuestro Señor derrame en nuestros corazones el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

4.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlar nuestros sentidos, y así dominar nuestras pasiones. Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

5.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas contra las asechanzas del demonio, Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

6.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de todo mal y no nos deje caer en la tentación, Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

7.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas con el verdadero espíritu de obediencia. Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

8.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las buenas obras; y así nos lleve a la Gloria del Paraíso, Amén. (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

9.- Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal y que nos guíen a la Gloria Eterna, Amén (Padre Nuestro y tres Ave Marías)

Ahora rezar un Padre Nuestro en honor a los siguientes Ángeles:

· San Miguel

· San Gabriel

· San Rafael

· El Ángel de la Guarda

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Oh, Glorioso Príncipe San Miguel, Jefe Principal de la Milicia Celestial, Guardián fidelísimo de las almas, Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes; fiel servidor en el Palacio del Rey Divino, sois nuestro admirable Guía y Conductor. Vos que brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable protección para que seamos más y más fieles al servicio de Dios, todos los días de nuestra vida.

Rogad por nosotros, Oh, Glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos. En Vuestra maravillosa bondad y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al Glorioso Arcángel San Miguel como Príncipe de Vuestra Iglesia. Humildemente Os suplicamos, Padre Celestial, que nos libréis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque para perjudicar nuestras almas. Oh, Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y Divina Majestad. Os lo pedimos por los méritos de Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

(Con aprobación eclesiástica)

Por el auxilio de los ángeles

¡Oh!, Augusta Reina del Cielo y Soberana de los ángeles! A vos que habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, os pedimos humildemente que enviéis las legiones celestiales para que bajo vuestras órdenes persigan a los demonios, los combatan por todas partes, repriman su audacia y los arrojen en el abismo.

¿Quién como Dios? ¡Oh!, Santos ángeles y arcángeles, defendednos y guardadnos! ¡Oh, buena y tierna Madre! ¡Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza! ¡Oh, Divina Madre! ¡Enviad los santos ángeles para defendernos y rechazar lejos de nosotros al cruel enemigo! ¡Santos ángeles y arcángeles defendednos y guardadnos!
Amén.